La familia es la más pequeña y primordial comunidad humana en la que cada individuo es quien realmente es, es el lugar idóneo donde se puede encontrar a sí mismo, a los demás y al mundo.
La familia no es solo una comunidad de vida sino también de comunicación de afecto y de valores espirituales, es en ella donde se prepara para la vida, se le capacita para ser libre, autónomo y responsable de su propio destino.
¿Cómo lograrlo?
*A través del amor y del ejemplo diario. Los valores se viven, se reconocen con acciones, por ello la importancia de la coherencia entre ideas, actitudes y actos.
*Educando en dos virtudes clave: la fortaleza y la prudencia, ambas orientadas -sin duda- a elegir el bien.
*Orientar en la búsqueda de la verdad, formar el juicio y criterio.
*Reflexionar constantemente en los motivos de los límites, normas y criterios, ¿qué buscamos formar?
En el Colegio Benedictino estamos convencidos que un trabajo conjunto entre familia y escuela fortalecerá la formación integral de nuestros estudiantes, por ello, compartimos espacios de formación familiar y brindamos una atención personalizada, pues cada estudiante es único y su familia nuestra aliada en el proceso formativo.
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